sábado, 9 de octubre de 2010

...y la ceguera ya se veía venir

Cuando Bach era un niño su padre le formó musicalmente, aunque le prohibía estudiar por su cuenta las partituras de renombrados compositores italianos de la época (Vivaldi) para no deformar su aprendizaje, escondíendolas en un armario con llave. De noche, Bach se levantaba, las robaba introduciendo palos por las rendijas, y a la luz de una vela o probablemente de la luna, las copiaba nota por nota para poder dejarlas en su sitio cuanto antes, y estudiarlas cuando a él le apeteciera. Obviamente esto no contribuyó a mejorar su visión.

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