En la tierra de los dioses el amanecer es como en la tierra de los hombres. Primero, el cielo se va aclarando con un color rosado, después se vuelve un poco amarillo y finalmente, sale el sol. Se va sintiendo un calorcito delicioso y miles de pájaros comienzan a sentir un cosquilleo en la garganta que los hace soltar cantos hermosísimos. Este monto del amanecer es muy importante para los dioses, nunca dejan de presenciarlo; no desperdician ningún momento en que puedan ver cosas bellas. Si asistiéramos a un amanecer en la tierra de los dioses, veríamos a todos ellos, viejos y jóvenes esperando la salida del sol con los ojos brillantes de emoción.
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