martes, 11 de diciembre de 2012

Cecilia Bartoli, la cara y la cruz


En el curso de 72 horas la mezzosoprano Cecilia Bartoli (Roma, 1966), de gira por España durante esta semana, se ha visto enfrentada a dos situaciones de muy distinto signo. Si el viernes 30 de noviembre era objeto de homenaje en Baden-Baden con motivo de la entrega del Premio Herbert von Karajan en su edición de 2012, el lunes 3 de diciembre tuvo que hacer frente a una radical división de opiniones entre el público que llenaba la Scala de Milán –teatro en el que no actuaba desde hacía 19 años–, con motivo del concierto que abría la temporada sinfónica de la Orquesta Filarmónica del teatro y en el que Bartoli estuvo dirigida por Daniel Barenboim. 

El Premio Herbert von Karajan fue establecido en 2003 por el Festival de Baden-Baden en honor del director salzburgués. Dotado con 50.000 euros, tiene como particularidad que el receptor del premio debe dedicar su importe a estimular las carreras de jóvenes artistas de su elección. En el pasado han obtenido el premio Anne Sophie Mutter, la Orquesta Filarmónica de Berlín, los directores Gergiev, Barenboim y Rilling, los pianistas Kissin y Brendel, el barítono Thomas Quasthoff y el coreógrafo John Neumeier. En el concierto que acompañó la entrega del galardón la artista cantó piezas de Haendel y Steffani junto a la Orquesta de Cámara de Basilea dirigida por Julia Schröder.  

La cantante ha destinado el importe del premio al International Opera Studio de la Ópera de Zurich, un teatro al que Cecilia Bartoli ha estado muy vinculada desde los comienzos de su carrera y una ciudad en cuyas proximidades tiene su residencia junto a su marido el barítono suizo Oliver Widmer. En la temporada actual, este prestigioso centro de adiestramiento para jóvenes artistas líricos, fundado en 1961 con el patrocinio de los Amigos de la Ópera de Zurich, tiene inscritos a 14 cantantes y 2 pianistas acompañantes, originarios de catorce nacionalidades distintas.  

En el concierto de la Scala del día 3, y tras una primera parte dedicada a Haendel y Mozart, la cantante fue protestada al abordar el repertorio rossiniano con sendas arias de Otello y La Cenerentola. Los aplausos de sus partidarios se mezcaron con los abucheos de un sector del público que ocupaba el temible loggione, que fueron creciendo en intensidad y agresividad, hasta el punto de que Barenboim se vio obligado a exigir silencio al público. La prensa se ha hecho eco de los incidentes; así, en el Corriere della Sera, Pierluigi Panza recoge el rumor según el cual se trataba de una manifestación organizada por un grupo de unas 20 personas que abandonó la Scala después de la protesta, y que al parecer son miembros de un blog tituladoCorriere della Grisi, dedicado, en propia expresión, a “la tutela del antiguo arte del canto”. Por otra parte, el prestigioso crítico Paolo Isotta censura en el mismo diario a la artista por lo que llama sus excesos de diva “americana”, y afirma: “La voz es pequeña, sus coloraturas mecánicas, sus cadencias inoportunas”, aunque admira su desenvoltura y su capacidad para “simular facilidad y alegría frente a dificultades que aterrorizarían a cualquier colega”, y se pregunta cómo habría reaccionado “el público fanático que le ha decretado ovaciones de estadio frente a Joan Sutherland o Marilyn Horne en ese mismo repertorio”.

La gira por España de Cecilia Bartoli incluye L'Auditori de Barcelona, donde actuará el lunes 10 a las 21:00, y el Auditorio Nacional de Madrid, el jueves 13 a las 19:30. Bartoli será acompañada por la ya citada Orquesta de Cámara de Basilea en un programa de obras de Agostino Steffani, que integra el contenido de su último disco, Mission.  

http://www.opernhaus.ch/en/young/international-opera-studio/

http://www.rassegnastampa.beniculturali.it/rassegnastampa/List.aspx?Date=Today (SecciónSpettacolo)

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